viernes, 29 de agosto de 2008


La espera a veces desespera

martes, 27 de mayo de 2008

Empieza el mejor viaje de mi vida

Me levanté temprano y el dia parecia ser un dia normal, por la mañana trabajé en la granja. Pero al mediodia ya empezaba a sentir que aquel no era un dia normal. Hice una maleta y empecé a recorrer un camino que empieza a ser habitual. De repente anunciaron el vuelo 6831 destinación a Santiago de Chile y me subí a ese avión. Ahora si que estaba nervioso. Hoy dia 12 es el aniversario de Pamela asi que decidí que seria el mejor regalo que podia hacer. El vuelo fue largo muy largo, pero al fin aterrizamos y solo bajar del avión sentí el olor de otro pais, este es Chile.

Me siento extraño porque estoy en el otro lado del mundo y esta mañana estaba jugando con la vaca 169 al medio del patio 2. Como siempre PAme llego tarde, pero al vernos volvimos a sentir esa emción que generan los reencuentros. Empezamos a observarnos a contarnos cosas. Es curiosa esa sensación de alcanzar algo que hace mucho tiempo que deseas. Ahora ya estamos en casa y vi el ordenador y queria mandaros un saludo. Ah, por cierto el regalito fue una simple frase acompañada de un detallito. Te quieres casar conmigo y un anillo apareció de repente. Ha dicho que sí...

Ha sido duro no contaros nada, un abrazo amigos.

Sono felice

Norte de Chile

lunes, 5 de mayo de 2008

CARRETERA AUSTRAL EN BICICLETA

Empiezo a escribir esta historia cinco meses después de haberla vivido. Aún sin mostrar las fotos a los amigos y con pocas vivencias contadas, es momento de recordar esos momentos. Partí desde Puerto Montt dos días más tarde de lo previsto. Como siempre llegando tarde, sin billete y sin saber muy bien lo que encontraría. Corrimos para llegar, tanto, que nos sorprendió un control policial. Habíamos sobrepasado el límite de velocidad y un Catalán conducía un coche chileno sin carné de circulación. Al final no se como lo hicimos pero solo nos pusieron la multa por que Pame dejo su coche a un tipo sin carné. Encima de las prisas aún le daban las culpas a ella. Llegamos al puerto y me dijeron que ya habían cerrado el embarque. Era el momento de forzar la situación así que entre risas pude lograr un billete. Me subí a la bicicleta y pedalee hasta la barcaza, empezaba mi viaje...








sábado, 15 de septiembre de 2007

jueves, 30 de agosto de 2007

La mañana ha empezado temprano...

La mañana ha empezado temprano, el despertador sonó a las 7.40. Por fin un día con unos objetivos a cumplir. Después de una aparentemente exitosa entrevista de trabajo, hoy era el día para empezar a resolver la burrocracia.

A primera hora la cita era en el registro civil a llenar esa cantidad de papeles que nunca acabas de entender para que sirven. Iba cargado con todo el arsenal, fotocopias, DNI, pasaporte y fotografías. Ha sido todo un éxito, en una hora había concluido el primero objetivo del día.

Como si de una gimcana se tratara me he dirigido rápidamente a la siguiente estación, Extranjería. Aquí el objetivo era empezar a tramitar la VISA de trabajo. Salí del metro sin saber donde me tenía que dirigir. El nombre de la calle, es uno de esos nombres con el que me confundo siempre. Pregunté por la calle Angustias y desperté una sonrisa al paseante. Me contesto: Para llegar a la calle Agustinas debe ir hasta al final de esta calle.

Llegué al final de la calle y mi atención se centro en un edificio coronado por una multitud tocando tambores y tirando panfletos. Interesado por el motivo de esa protesta agarre uno de éstos, ponía: “Fuera los operadores políticos disfrazados de dirigentes sindicales. Prácticas antisindicales, persecución laboral, discriminación sindical”. Se trataba de una protesta sindical.

No quería desviarme de mi objetivo así que me dirigí a la oficina de extranjería que estaba situada al primer piso del edificio contiguo. Entré por un pequeño canal que se habría entre una multitud de gente. Preguntando un poco, supe que me había de situar en una fila más o menos ordenada. Se trataba de sacar un número para pedir “información” o “Tramites de Visa”. Esperando, empecé a observar a mí alrededor. Se trata de un local de techo bajo, que a esta hora estaba llenísimo de gente. El aire era muy concentrado. Un perro abandonado ocupaba su lugar en la cola. Dos monaguillos rondaban por la sala dando apoyo a la gente, como si de un entierro se tratara. Estaba observando la situación y noté como una pequeña sonrisa se formaba en mi cara. ¿Qué me esperaba?

Yo notaba que no avanzábamos y esto llevaba a que el nerviosismo en la cola fuera en aumento. Yo estaba muy tranquilo, sin prisa, me sentía observador. De repente la mujer de mi lado se adelantó hasta al principio de la fila y se formó una discusión. Se han empezado a insultar, “oye tu peruana culeada, no hables como chilena que llevas 3 meses aquí”. No se a que se debía la discusión pero desde ese momento fui ganando posiciones en la cola hasta que ya pude ver el tablero en el que se repartían los números. Me toco el número 285 y el marcador reflejaba tan solo el 199.

En este momento me he acordado de las largas filas que observo a menudo en Barcelona, Girona... Esas personas mueven montañas para conseguir unos papeles y ahora que tan solo empiezo los tramites para conseguirlos, y siendo consciente de mi posición de privilegiado, pienso que se deberían facilitar más las cosas.

Me acordé de la protesta sindical y me dirigir a la plaza de justo delante, la plaza de la Moneda a observar como evolucionaba. Saqué un libro para leer un poco, pero era mucho más interesante lo que estaba pasando encima de aquel edificio.

En un primer momento la observaba de lejos, la gente se iba parando y los miraba sin entender que hacían esas 22 personas encima del edificio. La curiosidad hizo que se redujera la distancia y no podía parar de escribir lo que veía.

Empieza a llover paja desde lo alto del edificio y un grupo de gente ya se ha reunido debajo de éste. Algunos se posicionan a favor, otros en contra. Yo, desde una posición muy ignorante me dedico observar y a apuntar. De repente me viene a la mente ese 199, 285, pero me cuesta irme de la escena. Un hombre exalta con cantos a los del tejado que responden tocando los tambores más intensamente, de todas maneras a mí, me parecen pocos 22 manifestantes.

En una pequeña pausa voy a ver que pasa con mi turno. Me espera un ascensor con un botones muy elegante. Me quedo un poco sorprendido por que no había visto ninguno. Pienso que en un edificio oficial debe haber un poco más de control. Otra vez ese aire concentrado pero aun faltan 36 números así que me dirijo rápidamente abajo. La protesta pierde fuerza, creo que están cansados, necesitarían un relevo. En este momento ya estoy familiarizado con los cánticos: “Queremos solución a las listas negras”, “Obrero escucha únete a la lucha” y “El pueblo unido jamás será vencido”.

Faltaba un estimulante y llego. Los antidisturbios aparecían por ambos lados de la calle. Puedo ver unas 100 tortugas, con unos caparazones impresionantes. Entran en masa al edificio y desde arriba se grita, asesinos, asesinos... Paran los tambores y levantan las manos esperando que los arresten cantando un himno que desconozco. Un periodista me dice extrañado que se trata de la canción nacional. Me pregunta en que diario trabajo, no eres de aquí no? yo me quedo muy extrañado. Me doy cuenta que la calle esta cortada y yo sigo apuntando al lado de un grupo de periodistas. Se han pensado que soy un periodista!! Llegan tres autobuses y dos coches blindados, un camión gigante con dos antenas arriba preparadas para disparar agua. A mi me parece que es un arsenal para 22 personas. Yo me muevo con los periodistas ya que las otras personas se encuentran detrás del cordón policial. Ahora si que tengo que apuntar, si o si, y hacer cara de periodista.

Mierda el 285!!! El camión gigantesco se posiciona por si hay disturbios y provoca un gran temor. El temor no estaba creado por sus descomunales dimensiones, sino porque un grupo de perros transeúntes estaban debajo del camión bebiendo el agua que se perdía. Ese camión atropellaría al perro y no podía ser. La protesta perdió todo el protagonismo para centrarse en los perros. Todos empezamos a hacer señas y a llamar a los perros pero no se movían. Debía estar muy fría esa agua y el día era caluroso. Finalmente tubo que bajar el policía al mando de la bestia del agua para apartar al perro.

Los manifestantes son detenidos y metidos en un camión policial pero no parecen tener ganas de parar. Continúan cantando y botando dentro del camión. El movimiento del camión recordaba a una pareja apasionada en una noche llena de estrellas. Nos miramos con un policía y note que se estaba riendo.

Uf, el marcador lucía un desesperante 299, había perdido el turno, pero conseguí la información necesaria.